Pero a varios sectores de la sociedad colombiana les preocupa que una medida de este tipo se convirtiera en una salida conveniente para todo tipo de criminales.
"Patrullamos el sector, cuidamos las escuelas en horas de entrada y salida, monitoreamos el transporte de las maquilas de las mujeres obreras cuando salen a altas horas de la noche para garantizar que lleguen seguras a sus hogares", me cuenta Juan Rivera, coordinador general de los Zorros del desierto.