Recuerdo de ese martes una vaharada pestilente a carne muerta que en la memoria anula otras cosas que la flor puede ser, pero mi recuerdo no es justo con los jardines.
Ni vamos a volver a endeudarnos ni vamos a volver a prometer cosas que a los tres meses nos van a obligar a volver a reformular una oferta de deuda que ya hemos hecho.